Por eso nunca he encontrado un esposo. Y porque siempre sabia que yo era la fea nunca tenia ninguna esperanza de amor. Encuentro mi felicidad en el orden, el arte de liampar, cocinar, comer y dar de comer a mi familia. No me malentiendas, no tengo la vida ideal pero no la merezca, mi fealdad es mi pecado. Siempre he sobrevivido en mi rutina, en el orden de mi vida.
Despues del muerte de mi cuniada, mis hermanos decidieron que el hijo necesitara una figura maternal-- es mi papel. Este ninio mimado y malcriado me da igaul, pero fue para cuidar a mis hermanos que son incapaz de hervir agua.
Hmmm... interesante comienzo a la investigación de la psicología de Matilde. Me pregunto qué pasaría si sigues tu investigación: este me parece un buen retrato de tía Matilde pero sólo al comienzo del cuento. ¿Qué pasa a medida que las cosas se "desordenan"?
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