El gordo

Dibujé el gordo de Contar un Cuento, depués de muriendo. Traté de capturar los ojillos, “la masa de tejido adiposo,” cómo él “desbordaba el sillón en que se había arrellando,” y también un sentimiento de un hombre loco y sucio, quien ha visto mucho tragedia, escándolo, y dolor. Puedes ver el cigarro que ha caído de sus labios a su pecho, ya ardiendo con rescoldo, y los manos cojeros – señalando su muerte sútilmente. Lo más díficil para mí era dibujando la cara, con ojillos vidriosos y clavados, y la sonrisa burlona, muerte, y quizás un poco malvado.