Friday, October 7, 2011

Historia con el autor y su personaje

Yo, Juan Rulfo, creí al narrador del cuento “Es que somos muy pobres” porque en muchas maneras, es una versión reflectante de mi. Mi niñez era una tragedia, sí, y este hecho influyó sobre el personaje del narrador y el cuento también, pero cuando me encontré con esta pobre persona en un sueño, no obstante me lo sorprendió. Nuestra conversación pasó como esto, después de me dormí:

De repente yo aparecí en un campo y estaba lloviendo a cántaros. Exclamé, “¿Dónde estoy?” Un hombre que me parecía familiar estaba sintiendo en el lodo. Me dijo sarcásticamente, “¡Pues, mira tú! Bienvenidos a mi granja, señor autor. Es absolutamente bonita, ¿no?”

Lo ignoré y pregunté, “¿Por qué estás en el exterior? Debes estar dentro.” Él respondió, “¿Por qué? ¿POR QUÉ? ¿No me conoces?”

“No creo,” le dije. Él tenía una mirada feroz. Luego, suspiró. “Pues, no importa,” “Mi vida es un desastre total. La inundación destruyó el poco que todavía tuvimos. Y es todo por causa de ti.”

“¿Qué has dicho? ¿Y cómo es esto?”

“Voy a decirlo así: mi hermana Tacha, ahora que no tiene su vaca, va a hacerse una prostituta. ¿Te recuerdas? Es la culpa tuya. Si no escribieras nuestro cuento, no existiríamos, y lo preferiría después de todo que ha ocurrido.”

“No puedes ser real,” razoné. “Eres un producto de mi imaginación, algo basado en mi pasado.” Gritó, “Sí, y por qué querrías obligar a alguien a revivir los acontecimientos de su niñez? ¡Es castigo cruel e insólito!”

Yo estaba estupefacto. “No tenía ninguna idea que este pasaría…” El hombre me declaró, “Pues, es demasiado tarde para arreglar. Déjame en paz, señor autor.”

Inmediatamente me desperté, empapado en sudor. Estaba en mi cama. No podía dormirse otra vez aquella noche.

1 comment:

  1. Kaleb -- me alegro que hayas colgado este cuento en el blog, pues me ENCANTA. Hablamos en clase de cómo Rulfo crea escenarios en los que parece como si los personajes estuvieran dominados por fuerzas más allá de su control. Invertir esa relación y señalar al autor como una de esas fuerzas incontrolables me parece una idea fantástica (no pun intended). Me gusta, sobre todo, la reacción inicial del autor: "¿Por qué estás en el exterior? Debes estar dentro." Hemos hablado mucho este semestre de las dualidades dentro/fuera que se establecen en algunos cuentos (ie "El árbol," "Paseo") -- sería interesante preguntarse si el cuento, por su forma, no establece una dualidad parecida. Dentro del cuento/ fuera del cuento.

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